SONETO A LA ESCRITURA
Desecho esa idea que en mí permanece
desde que era un niño, alegre y obediente.
Renacuajo, avispado e inteligente
son cualidades que aún me enardece.
Observé, que la escritura embellece
la idea rescatada de la mente
y desde mi juventud ardiente,
con mi ego vive, y en mí permanece.
He narrado sobre esas aptitudes
que hombres y mujeres han adoptado.
Pero, sin olvidar sus inquietudes,
de sus miserias también he hablado.
¡Que no todo han de ser virtudes!.
En este soneto queda versado.