SIEMPRE HE QUERIDO
Siempre he querido, madre, escuchar
el sonido lejano de tu corazón.
Siempre, comulgar la Hostia Sagrada
en tu compañía.
Ser el tallo o simplemente la hoja
de tu alegría, y gozar de la vista, madre,
que el verde asoma a tu ventana.
Siempre, madre…
Orgullo de tu vientre.
y hombre de valía.
Madre terrenal y por siempre amada:
¿Cuándo crees que sanará mi herida?
¿Cuándo mi lirismo?
¿Cuándo mi poesía?