… Y DESCENDER.
Descender
hasta la sima más alta del infierno y ver a Dios
pactando con las almas de Satán.
… Y descender.
Bajar del cielo y hacia el mar de los llantos,
donde el ego individual no recibe.
… Y descender
Abrir la horquilla del horno de la hoguera
y resucitar entre las lenguas incandescentes
del espíritu más negro.
… Y descender.
Aún más.
Hasta el centro de la tierra y escuchar el gemir de su latido.
Después:
Ser vomitado de nuevo al exterior como masa,
escoria,
fuego…
y así, hecho de lava,
formarse con otro nombre en otro paralelo,
sin Dioses,
simas,
mares,
ni egos.