ANTE EL FULGOR
Ante el fulgor
de una noche lujuriosa
que sepa el mundo,
que jamás nos sometimos a un encuentro
olvidando nuestros deberes para con los demás.
Que las ilusiones
se fueron forjando una a una,
… sin apenas darnos cuenta.
Y que, sin quererlo siquiera,
fue una diminuta gota de lluvia
quien nos alertó
que podría haber estado lloviendo
todo nuestro tiempo.
… Después de todo,
cuando el público pliega sus aplausos;
-el poeta, se encoge en sí mismo-
y atentamente se despide
ante el suicidio de sus propias palabras.