CUANDO SUENAN AL OCASO
(A María Zambrano)
Cuando suenan al ocaso
-sin permiso-
las campanas de la iglesia
-de mi pueblo-
voy ligero,
preguntando quién ha puesto los ojos en el cielo
y auscultando el firmamento
sigo andando
hacia esa catedral del “Creo en Dios padre…”
Cuando suenan
-sin permiso-
miro a Dios
-con la rabia sostenida-
(Como quien mira al ladrón que te ha llevado)
A sus ojos, mi pregunta
es un serio compromiso. Lo sé.
Sé que no soy digno.
Aun así,
las campanas ya han tocado.